jueves, 30 de octubre de 2014

EL EMBOLA, EL EMBÓLO Y EL JUEGO DEL CHIRIMBOLO



Antes d´ayer  me levanto empitonao como es costumbre sana en mi y m´encuentro al bausán del Pascualón mirándome fijamente al pie del catre, le tire l´alpargata y con una chilena la colgó en el perchero que la yaya duenda me regalo pal día que me case.
Como esas moscas cojoneras que no te pues quitar d´encima lo tuve en mi baño quincenal, ya saben ustedes que hay que lavarse las taratañas por lo menos una vez cada quince días, manque no toque.

-chacho ¡cojones! ¿Vas icirme algo tonto la nona?

Más atascao que´l retrete de la elfa Dominga, que no caga solido dende que le dijeron que su cuñá se quedaba con los terrenos de su defunta duenda suegra va y me dice con voz de camionero acatarrao:

-El eeemboola, el eeemboola, que ha enllegao al pupupueeblo.

-Tu sí que te has tragao un embólo ¡ejraciao! pero de los gordos.



¡Chacho!, fue salir a la puerta de mi setica y estaban tos los duendes, elfos, fauna y flora revolucionaos. Tos los licinciaos del pueblo se hubían reunió en la plaza capitaneaos por mi duenda suegra, qu´era la pirulla que mas chillaba.

-¡La Chin Lu, amos a por la Chin Lu que esa se tie toa la culpa!.

Otros chillaban.

-El ancalde qu´estuvo en la punta de la cana este verano con nuestros dineros, ¡amos a por él!

Mi vecina la cornua voceaba.

-Mi marío ha sio el culpable, que se fue a por tabaco hace tres años y entoavia no ha vuelto.

Me senté en un risco, m´encendi una pavica y espere a ver si alguien l´echaba la culpa a mi duenda suegra y entre tos se la cargaban.


Asín, sin querer queriendo, el elfo matachinches que tie mu malas pulgas l´arreo un sopapo en la cocorota calva al tío peines, que no tendrá pelo, pero tie mu mala follica y allí se lio un sindiós. Porque tú me has dicho, porque tú me has hecho, porque, porque…y allí ya naide s´acordaba del embola, ni del mono que lo fundo.



Tuvo que venir mi tío duende Manolo que pá poner paz en estas cosicas se pinta solo y dun silbio que me dejo tiniente cayo a to quisqui.

-¡Amos a ver alma cantaros!, que no tenéis ni idea de lo que habláis ni de lo que cucháis. El embola nunca sá presentao en el pueblo, ni esta, ni se le espera. Vusotros tontos empinaos hubis oído campanas y no ha replicao nenguna.

Mi tío duende Manolo cogió aire, siguió con su descurso y el embobao del Pascualón se trago una mosca por estar con la boca abierta.

-Tos enconoceis a la duenda Benicia, la que´l calavera de su marido el Fidencio  s´acostaba con el elfo Especioso, que por aquel tiempo tamien quisisteis echar del pueblo por mariposón. Pos la hijastra del Fidencio no, su prima hermana la Herundina, la que se ennoviajo con Sigerico qu´entrabaja soplando cristal pá hacer botellas a ca el Baraquisio, el yerno de la Beranbela la barbuda, la que hace cinco años vino el circo pá llevársela pá hacer churros con chocolate en la puerta, pues la nieta de la Berandela, la hija de su pequeño el Crispín, que tie perras pá echarle a los marranos, ¡pues esa!. 

La duenecilla Canuta, que si os acordáis de cuando era una monicaca ya le gustaba aparentar y sobresalir, lo único que no le sobresalían eran las tetas y este verano se fue pá los Madriles a que le pusieran un par de buenas agarraderas y ayer se vino pal pueblo. Enllego a ca su tía pá enseñarle las nuevas protuberancias y su tío qu´estaba soplando una botella con el Sigerico al verla ensoplo, ensoplo y reventó el cristal, a lo que el Sigerico exclamo. ¡Qué par de bolas!  
La duenda Benicia que pasaba por allí, que tos sabéis que dende que´l calavera de su marío se lio con el Especioso quiso sacar los trapos sucios de to el vecindao y se volvió mas licincia que las cañetas, oyó lo que lo que quiso y lleno to el pueblo de que en embola hubía enllegao.

No sois más tontos porque no entrenáis, ¡bausanes!



Dimpues de la última frase lapidaria de mi tío duende Manolico tos los duendes, elfos, fauna y flora de la plaza, incluida mi duenda suegra, nos quedamos con la baba corgando. El Pascualón se volvió a tragar otra mosca y yo me encendí otra pavica.

El ancalde que enllego tarde, como siempre, no se l´ocurrió otra cosica qu´icir.

-Duendes, elfos, fauna y flora, juguemos al juego del chirimbolo.

Y allí nos tenías a tos cantando, riendo, brincando, jugando al juego del chirimbolo.
El juego del chirimbolo
¡que bonico que´s!
con un pie, otro pie,
una mano, otra mano,
con un codo, otro codo,
con la oreja, la otra oreja.
¡el culo de la vieja!
EL DUENDE











martes, 21 de octubre de 2014

EL ENAMORAO Y EL PEZ, FRESCOS HAN DE SER





¿Dande s´abran s´acao que las vacaciones tien que ser tranquilas pá enllegar a tu seta relajao pá to el año? ¡A mi que me lo expliquen coñio!
¡Odo!, que´l primer dia ya la teníamos monta con el abanto melonero de mi duenda suegra.  Y tó pos que a mi duende tio Manolico le dio por osequiar a su amol con un bañador de aleta, de esos que me llevan las nadaoras que salen por la duende visión con los culos en pompa y la zurrona se lo capuzo en la playa del revés y a ver si m´explico pá que ustedes m´entiendan bien, las tetancanas ombligueras se l´esparamaban  por los laos, con icir que se metió al agua y pesco dos sardinas con los pezones, ¡ahí es ná ¡



 Pos dio lugar, a que nos echaran a escape de la playa los civilillos dimpues del pifostio que monto la tía zopenco, al darle una somanta palos con la rueda del trailer que llevaba por flotaor, a un guiri rojancano que le faltaba ná pá pegar un buen peo, ¡ya ves tú¡  porque el probetico intento quitarle las sardinas a bocaos, hambruna questaba pasando. El agestao carcamal alego que con las manos se l´escurrían los pescaos y que tampoco quería él tocar mas carnuja de la nicesaria. ¡cá!



Entre unas cosas y otras nos tuvimos que venir p´al pueblo antes y con antes, porque a mi tío duende Manolo le dio un aciconque al día siguiente. Pos resulta que aquí el salmerón es mu aprensivo, pero la juerga le gusta más cá  un tonto un lápiz y la noche d´autos se lio la manta a la caeza y me se fue de parranda. Se ligo a una elfa guiri en una guiscano de bailoteo mu conocio de la costa y se paso la noche baile va, baile viene, arrima pelendengues y toca pandero y cuando estaba más caliente que el palo un churrero se la saco pá la calle con idea de terminar la noche en su champiñón/hotel, en la puerta la intento besar y la guiri cascandole en guiri cerrao le decía.

-Tumorro, tumorro.



Mi duende tío Manolo mosqueao y mas revolicao cun día d´aire en el pueblo, se metió de nuevo al bar y al de la barra le pregunto ¿que coñio era tumorro? y este le dijo que, mañana, el inorante de mi tío le dijo que, ¡que cojones mañana, que mañana  no, que la tenía a huevo duro hoy! y que hiciera el favor de decírselo. Me conto que el pollopera se descojono en su trompa y con las minmas volvió al ataque. Termino dándole un beso de rosca, tornillo y arandela y cuando estaban en lo mejor mi duende tío Manolico noto algo extraño en la boca, pego un lapo y cayeron los dientes postizos de la guiri. Enllego malo y dando arqueas y me pidió que no le contara la pasá a naide.



Esta de Dios que las vacaciones siempre las termine como el rosario de la Aurora y ¡espérate que ahí no acabó la cosa!

Cuando enllegamos a mi seta vimos que el portón estaba abierto y pensando que me hubían entrao los cacos m´empecé a cagar en tos los trolls, en sus hijos y en la mare trolera de tos juntos. Entoavia me tiemblan los pámpanos del ostión a mano llena, pero de esas merlas que se cogen dende atrás, de las que hay que tomar correntilla pá que suenen bien que m´arreo  mi señora duenda mare.

-So avión, ¿Asín es como t´enseñao yo hablar? Si me quito la zapatilla te falta sembrao pá correr, mia tu el zanguango los ijustos que me da ná mas enllegar, si lo sé no vengo.

Y aunque yo quiera muncho, muncho a mi marecica duenda en ese momento pensé lo minmo que ella.  
¿Pos pá que rehuevos habrá venio ?



EL DUENDE