lunes, 29 de octubre de 2012

PÁ TOSANTOS HABAS PLANTO Y EL JODIO QUE LO DECIA YA LAS TENIA CRECIAS.




¡Pero qué moda nueva es esa de llamar a tosantos jaloguin, Coñio! si mi bisagüelo duende levantara la caeza aparte de darse un buen meneo con la tapa lo primero que haría sería coger a los zanguangos de turno y explicarles uno a uno que aquí la tradición es dacordarse, de honrar y rispetar la mimoria de los difuntos, manque claro algún chichipán sacordaría con la charla de los muertos de mi bisagüelo. Porque ahora ya no hay respeto por las canas, ni por los años y entre los duenecillos ya ni por los siglos.

El otro día estaba yo tan feliz asandome un moniato en la lumbre y me viene el zurrón de mi sobrino duende con una careta de mostrou y una calabaza con la cara de mi duenda suegra cuando esta estriñia y me suelta el mariconazo.


-Truco o trato o te tiro un huevo en la fachá de la setica.

- Si ves que me levanto y me quito la zapatilla, te voy a poner el culo como un mandril, ¡tonto laba!, veste a darle el follón a tu mare duenda, ¡trucotrato de los cojones!, tendrá el zagalico narices a tirarme un huevo a mí, será emposible esto. ¡Tontascas las justas!.

Pos me lo tiro, ¡vaya si me lo tiro!, una peste a corrompio, será ejraciao el nenico mono de los huevos y nunca mejior dicho. Ea y lo gracioso eque encima se ríen en tu cara, un chirlazo bien dao y a tiempo como ice mi pare duende y santas pascuas. Manque claro, tu ponte tonto con lo de los guantazos que ahora por un quítame de ahí esas pajas te llevan al talego como al Lute.
 Quita, quita Margarita mejior llevarlo al sicólogo que te saque los cuartos por decirte que a tu duenecillo le falta atención. ¡Atención en cómodos plazos de tabanazo por semana!, asín nos han educao a tós los duenecillos y que yo sepa nenguno le hemos faltao al respeto a nuestros mayores. Mi pare era mirarme de reojo y no me canteaba de la silla y mi mare era decirme “amos de visita, como vea yo que das el follón o pides algo, cuando llegue a casa te leo la cartilla”,  que no era otra cosa que pegarte un sopapo. Claro te ofrecían sequillicos y tu manque tuvieras más hambre que los pavos de Doña Julia rechazabas el condumio.

Y aquellos maestros que a la mas mínima agarraban la palmeta y te ejaban la mano gorda y  tan  dormía que no podías hacerte una manola en dos semanas. ¡Pos si te ibas a levantar del pupitre sin permiso del maestro!, te pegaba un pescozón que te hacían palmas las orejas. Yo no es que sea partidiario de “la letra con sangre entra”, pero que esto ya sá desmadrao, pos si, y que a más de un mindango le hacía falta un buen meneo, pos tanmién.

Ahora con el jaloguin, los sanguíches, las jamburguesas y toas esas americanadas estamos perdiendo la manera tan bonica de llamar a las cosas por su nombre. Un bocadillo de jamón siempre será un bocadillo de a palmo de jamón, manque el pan sea más blando que el pellejo la uva.

Lo dicho, pá tosantos abríguense bien con la pelliza, visiten a sus difuntos, sean güenos y no den ijustos.

EL DUENDE




lunes, 1 de octubre de 2012

!! NOS VEMOS PÁ LA MENDIMIA !!




Eso le dije al cornuo de mi primo peñazo Faustino Tino, el limpialacena que me dejo tiritando la setica, pero no se la visto el pelo por ningún ribazo al mariconazo, claro no me puedo cagar en él, porque hasta sin bacín me dejo el ejaraciao.

Como tós los años nos amos a mendimiar el terraje que abancalo mi bisagüelo duende con su unicornio y mia que nos cuesta arrincar, pero una vez que nos montamos tos los duenecillos en el carro con una buena gachamiguica con orugas en el cuerpo, ya no hay quien nos pare, ni los témpanos helaos, ni los ardachos del camino.


A nusotros nos viene bien, mia tú por ande que como semos pequeñicos nos llegan las cepas por la caeza y no nos dan riñonas como a ustedes los humanos.

Mi duenda suegra llevaba ya una semana con atranque y a media mendimia le dio por cagar, se agachapo detrás de un risco y allí soltó lo de la semana y lo del mes, pero el zurrón de peos se cago en el zagalejo y no veía la ñorda por ningún lao y claro con la preocupación encima nos vino a contarnos la pasá.

 –Coñio – le dije yo- Usted busque que la pestuza esta y si hay bada, hay ñorda.

Dimpues de atiforrarnos las patatas en caldo que nos guiso la guarda casera elfa, en el sestero de la tarde con tó el asorratao, cuando eso olía a perro muerto, descubrimos el pastel, poco le falto pá hacerle un altar cuando la vio. Nunca un zurullo había sio tan buscao y tan aplaudío como aquel.



Aluego a la noche, manque estemos tós arcansinaos, nuestra tracamundana no nos la quita nadie, si es lo mejor que tiene la mendimia. La compaña cantando y bailando, la bota el vino corriendo de mano en mano, las patatas fritas a pelotón, que mia que están buenas las jodias y los mantecaos de aceite. El tío duende Manolo tocando la zaranda y el amencio del Pascualón, que el atontolao no sabrá hacer otra cosa, pero ha nació pá la pisa, rascando la botella de anís. Los mergos de la malcasa duenda Pepa que se afinco en el pueblo hace años, bailando apretaos con mi sobrina duenda la Visalmo (Visi pá los amigos y arrejuntaos) que se ha separao del guarro de su novio elfo. Hasta que llega el ambustias de turno, le pega un alborgonazo al candil y tos a dormir.



En las noches de mendimia hace rasca pero yo procuro aburujonarme bien al orico de mi duenda y antes de que me diga “veste páya que me das calentor” la sorprendo con un ababol colorao reventón que se le caen los palos del sombrajo. Paece que he acertao y esa noche manque paezca una regartija con el rabo cortao, le endiño mi amor por los cuatro costaos de su cuerpo serrano. Menos mal que la mendimia tiene sus cosas güenas y por lo menos un piacico de encariñamiento he tenio este año, veremos a ver que no depara la mendimia del año que viene.

 EL DUENDE.