Los Mayas (ahora los llaman las
nenicas “legins”) ese pueblo con esa cultura sobrenatural y etaterrestre, pridijeron
la fin del mundo pá hoy viernes y que mala folla tenían los jodios, no se ponen
a icir un lunes, no, los huevones te icen un viernes pá fastidiar la fin de
semana y encima en Navidá, pá que no te comas ni un triste trocico de turrón,
ni tengas la rimota posibilidá de que te toque el gordo.
Hay tanta gente ilusioná con la
fin del mundo que a mi parecer si eso no ocurre les van a dar un dijusto que pá
que.
Mia tó es ponerse, ahora, ya no sé
quien se encargara del acto, si la hacen en el pueblo, que no lo tengo yo mú
claro, no podrá faltar el cura pá echar el agua bendita y el ancalde pá cortar
la cinta con la banderica española, eso sí, no pué faltar la banda de música tocando Paquito el
chocolatero y la reina de las fiestas vendrá a ofrecernos unos sequillicos y
entre risas y mocaeras el bausán de turno pegara un petardazo que nos acojanaremos
tós.
Yo tengo calculao que si el
horario de la fin del mundo es a las doce de la madruga, el acto se celebrara
cerca la una, ya se sabe que estos preparativos tan llamativos traen muncha
cola y manque quieras que tó salga bien y puntual, siempre pasa algo que te lo
impide, como estar echándote un domino en el bar y que te ahorquen el seis
doble o tamién llamao la caja la coca cola, requemarte y querer la rivancha.
O que no sepas que ponerte pá la ocasión,
claro como es la primera vez que pasa no sabemos si va a llover, nevar o de
repente hará un sol que tetorras.
El condumio no pué faltar, eso de que te pille la fin del
mundo con la panza vacía no tie gracia y que menos que unas empanas y un
chatico vino por lo que pueda venir.
Se yo que abra más de un zanguango
que quiera llevarse al huerto a la pirindola de turno y que con la tontasca de
que no quiere irse pál mas allá sin estrenarse, manque tenga más ruido que el
chicharra, le recalcara el hornazo a ella y a su prima si se le pone a huevo.
Cuando llegue el tan esparao
momento, yo me iré a mear a un ribazo, sonara un trueno, tós nos volveremos a
mirar a mi duenda suegra por si ha sio ella, se abrirá, con un luz que nos
dejara cegatos, una brecha en el cielo, aparecerá en letras bien grandes BEBA
COCACOLA y un señor con barbas, jorobao, bizco, cojo y manco nos dirá con voz
de borracho y señalando al Pascualon, Apaga y vámonos.
LA FIN.
EL DUENDE.