Ahora que llega San Fermín, que
el probetico está cada año más encogio, uno de estos lo van a sacar de llavero,
pues les voy a contar alguna pasá que otra de las que he vivio en estas
fiestas.
Un año a la ejracia de mi duenda
suegra la eligieron de reina jaquetona, a ella que ni es campechana y en un
leuro no le cogen ni los pámpanos, pues ahí la tenias con la banda que no se la
quitaba ni pá cagar, manque claro, cómo no iba salir si en el jurado estaba el
elfo chatico Casiano, que ya saben ustedes que se ve menos que una zorra por el
culo. La otra, la duenda Usebia, que tie menos luces que un eslabón de madera y
el duende Aurelio que es más del campo que los ababoles, le dieron un trozo
tortilla y lo convencieron, el caso es que entre los unos y los otros hubieron
mas trampas que en una penícula de chinos y a la final gano Doña coliflor.
Mia que iba maja toa vestía de
blanco y con el pañuelico moquero colorao al pescuezo, paecia un heladero con
paperas.
Ca, yo que desde que mi duende
suegro se fugo con la brujica cubana he tenio siempre la esperanza de que se
ennoviara y se me largara del güicano, aquel año me se fueron las ilusiones por
el retrete, ¡quien iba a cargar con semejante panza balago!, que tie unas manos
que paecen los pies de otro, trompalcuza, con mas orejas que caeza y por boca
un hachazo mal dao.
La que se escoño por vérselo y lo
tenia pelao, ¡tócate el fornel!,que se la llevaron a los toros y sin hacerle
caso al Manolico Escobar se me capuzo una minifalda. El toro que tenia mas
mierda que el sobaco un chono a media corría vio la pelambrera negra asomándole
por la braga faja y se volvió loco,
salto la barrera y se fue derechico hacia ella en plan spucnik, se
mascaba la tragedia, hubia más tensión que en el bautizo de un gremlin, pero mi
duenda suegra que tie mas cojones que el espartero pego una vileta y lo monto
como a los toros del rodeo americano, chacho goce más que un marrano en un
legio, el torico pegando embestías y mi duenda suegra chillando.
- Dejanmelo a mi sola que puedo
con él.
Coñio ni los espontáneos, ni los
pobres toreros pudieron con el alimalico
que a la final, derrotao, cayó al tendio mugiendo como una vaca.
Eso sí, dimpues meche unos
pasodobles con la rebonica de mi duenda y unos apretujones bien daos que si no
es porque hubia muncha gente le hubiera hecho un duenecillo allí mismo y eso
que la peste a sardinas no ayudaba muncho. Donde este un buen pernil y una
butifarra que se quiten tós los pescaos del mundo.
Al que también vi por las fiestas
fue al Pascualón, que como ya saben es más pesao que Fernandico que mato el
marrano a besos. Me llevaba los aldones sacaos, que tío mas sayón pijo
-Ande vas Pascualón con la mocarrera colgando,
¡tonto la nona!, míavel si techas una moñona que te quite los palos del
sombrajo, huevon.
El que si se agenció una buena jaquetona fue
mi tío duende Manolo. Pues ahí lo tenías dándole unos braguetazos a la zagala
que se le ponían los ojos como dos panes de kilo y medio. Se quedo más
toca que el piano de las olallas, ahora
que icen que la zopenco ya tenía el rastrojo andao, conqueasiesque mi duende
tío Manolo no descubrió las Américas con ella, eso sí, un par de mamellas con
los pezones como dos timbres de mansión si se llevo a la boca.
Estas fiestas espero que a mi
duenda suegra no le dé por meterse a torera, que al Pascualón por fin le dejen
amorrarse al pilón, que mi tío duende Manolo se deje de tontascas y se me
emnoviaje con mi duenda suegra y que mi duenda me permita arrepretujarla como
nunca lo ha hecho en la vida.
Que no mentere yo que no lo pasan
bien en las fiestas y “VIVA SAN FERMIN”.
(Dedicado a la asociación de
vecinos del barrio de san Fermín, para que sigan luchando como hasta ahora por
conseguir, una de las mejores fiestas de Jumilla)
EL DUENDE.
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