jueves, 19 de diciembre de 2013

UNA DE VILLANCICOS



Preparen sus panderetas, la botellica de anís pá rascarla, la guitarra y las chiranchas. Abróchense los cintos que vamos a hacer un interesante viaje hacia los más populares villancicos de tos los tiempos. Si analizamos bien esas letras que nos han acompañao a lo largo de nuestras vidas descubriremos mensajes de tó, menos emotivos. Si no me creen miren, miren…comencemos:
“Campana sobre campana y sobre campana una” comedura y dolor de melondra, échale huevos a ver si adivinas el poblema “asómate a la ventana y veras al niño en la cuna”!Abonico que poca estabilidad veo yo ahí como pá que s´asome alguien, eh!

Cucha y si no este. “Hacia Belén va una burra rin rin, yo me remendaba yo me remendé, yo me hice un remiendo yo me lo quite, cargada de chocolate”. Hay esta el entringulis de la costión, ¡el chocolate!, ¡tócate la nona! Pues no icen que el chocolate lo trajo a las Europas el Colon en uno de sus viajes,  no el del ditergente, que os veo venir,  si no el marino, que tampoco es el Popeye. Lo del remiendo y lo del rin rin amos a ejarlo pos son efectos secundarios de lo que s´estaba fumado el que invento el villancico, que bien pudiera ser el chocolate del que tanto habla.


Borrachos siempre habio  y más de un chatico vino se tuvo que meter entre pecho y espalda el que escribió  los peces en el rio, esos “que beben y beben y vuelven a beber”, pobreticos los alimalicos, si no acabaron con un coma etílico o una cirrosis poco les falto, igual que el del “arre burro arre, anda más deprisa que llegamos tarde”, ¡copón santo! yo del burrico m´acia el sueco y quien tenga prisa que meta gente.


Y ¿la virgen peinándose con peines de plata fina? Con esto y con el oro del Baltasar, ahí, ahí, es donde empezó el imperio de los curas a tomar forma. Porque la carpintería les daba ná mas que pá comer y a veces ni eso, pero la gente que es mu guasona le cantaban al José, “A tu puerta hemos llegado cuatrocientos en cuadrilla si quieres que nos sentemos saca cuatrocientas sillas”, ande vas chacho ¿al ikea? si eso era un cuchitril, menos mal cun tamborilero le trajo un tambor, ¿Pá qué? Pues pal cuatrocientos uno que se fue a Sevilla y se quedo sin silla.


Hay un villancico que seguro lo hizo un jumillanico, pos es alto el grado de licinciaria que se aprecia en sus letras. “¿Dime niño de que quien eres?” Y bienaventuraos los roñosos que también fueron de visita a Belén. “Ya viene la vieja con el aguinaldo le parece mucho le viene quitando”.
Este, este si le gusta al chache. “Zumba zúmbale al pandero, al pandero y al rabel, toca, toca la zambomba dale al almirez”. Ahí, ahí con ganas, dale, dale !tócale el culo que es sorda!


 Hace algunos añicos que en la fuente la jarra ician c´abían echao una batería y a mí me da que a este rio también fueron a dar por saco.” No pidas agua mi vida, no pidas agua mi bien, ole, ole, Holanda ya se ve. Que los ríos vienen turbios y no se pueden beber, ole, ole, Holanda ya se ve”. ¡Ssshhh ojico y no bebáis agua holandesa que a saber c´an podio echar ahí! 


“La Nochegüena se viene, la Nochegüena  se va y nosotros nos iremos y no volveremos mas”, ¡tócate los cojones!, fomentando el espíritu navideño. Pero…”canta ríe y bebe, que hoy es Nochegüena y en estos momentos no hay que tener pena”, ¡manque se te vaya pal otro barrio la duenda suegra! 

EL DUENDE





miércoles, 4 de diciembre de 2013

PÁ SAN ANDRÉS MATA TU RES




El duende Andresico, hijo de un primo segundo de mi pare duende que se caso con la elfa Andresa, hija de la elfa Andresica, pariente también de mi pare duende que no se llama Andrés pero poco le falto, celebra tos los años el santo de su familia con la matanza de un cochino y no les hablo del Agustinico el tromparcuza, si no de un cerdo al que durante el año ceban bien pá que ese día y los siguientes nos alimente la tripa con sus generosas carnes.


Hacia un frio de cojones, el aguardiente corría como la pólvora y abrigaos hasta las orejas agarramos al puerco y lo sacamos de la cochiquera, con tan mala suerte que, con las manos tan helas que llevábamos se nos escapo el condenao a lo que mi duenda suegra, ya experta en rodeos americanos dende aquel san Fermín en que se monto a lomos del torico, pos hizo lo mesmo con el marrano y pegando blincos nos lo trajo a camino pudiéndolo echar asín a la mesa pá meterle el cuchillo por el cuello y hacerle la sangría. El alimalico comenzó a chillar, los duenecillos mas guachos a berrear, nusotros a hacerle la permanente y cuando estaba listo papeles el matarife del duende Andrés pare comenzó a descuartizarlo.



La caretica y el morro a la brasa, el mortiriuelo sopa y atrás, los tropezones y venga vino y mas vino, ni los bailoteos, ni las hojas de col me bajaban el tonteo que llevaba encima y sin querer queriendo pos que le agarre el culo a la chacha Manuela, una duenda parienta del Andresico bien entra en carnes que se quedo viuda hace tantismo tiempo que no s´acordaba de lo que era un buen meneo en el culo. Me guiño un ojo y me hizo señas pá que la siguiera, a lo que yo, que no me pierdo ni una pos la seguí. Nos metimos dentro la cueva y allí me s´arremango la falda p´arriba y me dijo que l´ayudara a quitarle la faja. Chacho ni mi duenda suegra llevaba ya esas bragancanas de cuello vuelto, ¡que penitencia la virgen!, aquello no salía ni a la de tres, la chacha Manuela a cada rato se ponía mas morá, yo colorao, ella negra, empecé a sudar como un pollico y cuando por fin la faja cedió y se la baje a los tobillos se pego un peancano que retumbo toica la cueva, la lámpara de wuasosqui acabo en el suelo hecha trizas, las sabanas con la ventisca volaron, las puertas y ventanas se abrieron, los gatos maullaron, los perros aullaron y se marchitaron tres alábegas y un geranio. Una bomba nucliar no hubía armao tanto follón como el follonazo de la chacha Manuela.

-Hijico ¿habrá sio la col?


¡La mare duenda que me pario!, yo no sé si fue la col pero a mí me tuvieron que poner tres mascaras de oxigeno y ni con esas levantaba caeza. ¡Pero pijo!, ¡ni en mi vida ni en mi alma!, aquello no lo hubía vivió yo enjamas de los jamases.
Mi duenda a la noche estando yo convaleciente, m´aparece en medio la recamara con el picardías morao de cuando leyó al tonto la nona del Grey y remangándoselo p´arriba me dejo ver unas bragas como las de la chacha Manuela y me dijo.

-¿M´ayudas a quitármelas?


Y yo, pobretico de mi,  con el soponcio metió entoavia en el cuerpo, ¿qué quieren que les diga?, pos que me dio por llorar. A mí la pasa por guarro me vino mu requetebién pá escarmentar, icen que a cada cerdo le llega su san Martin y el día de san Andrés hubieron dos cerdicos que cayeron en el acto, el cochinico y el que les habla.

EL DUENDE.