Hasta San Antón pascuas son y hasta
San Blas si las quieres alargar y como San Blasico no ha llegao entoavia, yo no
me puedo quedar con las ganicas de contar la pasá d´estas fiestas Navideñas tan
entrañables y jodias.
La trajinanta de la mama duenda,
qu´es mas burrancana que el tío elfo Macario que mato el burro a boinazos, hizo
relleno pá un regimiento, las pelotas de mi duenda suegra tampoco es que tengan
desperdicio pero la mama, es la mama, y aquí el chache que no se quea corto se comió
una veintena d´una sentá. Mi duenda ice
que trenta y tres, ¡ella es mu exagera! pero ahora que lo ice la penúltima me
se salía por la napia y la ultima por los baleos, o sea que to pué ser.
El caso es que dimpues de la
panzá me dio un remorcico c´acabaron siendo los retortijones de la duenda del
tío elfo Perico, que se tiro un mes, asín sin venir a cuento, pariendo
coliflores por el ojete. Me metí en el catre y me quede sobao y a eso de las
diez me llama mi duenda pá que baje a poner la mesa.
-Duenda mía como estoy ¡Veinte pinos
voy a poner! –A las diez en la cama estés y si es antes mejor que dimpues.
-¡Chacho, huevón! Es que no
t´acuerdas que es Nochegüena. Anda y levántate que ya´stamos tos.
-¿Tos? ¿Qué tos? ¿Pos no íbamos a
estar solos con la mama?
Pá que preguntare si en esta seta
mandan tos más que Pionono en el vaticano y a mí no se me tie en cuenta ná mas
que pá entrabajar. El caso es que baje con un ojo entornao y el otro lagañoso,
me senté en la mesa y lo que vi tenía menos desperdicio que las pelotas que me
hubía comío horicas antes.
Al fondo mi duende suegro, que sá
teñio el pelo más negro cun cerote y paecia qu´enllevaba encasquetas las
pelucas de los pinipón. Enfrente la Chin Lu, con dos coletas empinás rosa
fusforito, una diadema con una gata en celo que parpadeaba con luces y maullaba
cuando se movía p´aquí y p´alla y un traje d´escocesa picarona. Al lao el
guachico morenico de la cubana jaquetona cosio a lamparones. Ya lán salió las
palas y si sigue asín lo van a contratar pá picar los billetes en la Renfe, ¡cucha!
si no al tiempo.
En el centro, juaneandose y pá
que se le viera bien estaba la meabonico de mi cuñá duenda con el mesmo abrigón
de oso polar del año pasao, que bien le va a sacar el pringue, casta pá bañarse
en el charco el zorro este verano se lo enllevo puesto. Enfrente, espatarragao, el fastanma de mi
cuñao licinciandole a mi duende suegro
como se llamaba el tinte que se hubía echao p´agenciarselo él, ¡que yo no sé
donde coñio se lo va a echar!, como no sea en los pelos del culo porque, como
ya he dicho munchas veces tie la perilla en la frente, ¡ni mas, ni menos! D´echo las luces del gatico de la Chin Lu se le
reflejaban en la cocorota y paécia que to el rato daba el intermitente pá girar
a la derecha. Al lao su hija la Visalmo, Visi pá los amigos, este año sin
ennoviajar, pero como siempre, con mas tonterías que´l mueble del comedor y mi
otro sobrino que es más malo cun dolor de muelas esfalijando la lumbre con mixtos peorros, con una chupa y
tres pendientes en la oreja, uno en la napia y a to esto sin tomar ni aun la
comunión.
El ovejo el Pascualón mas empanao
que de costumbre y una bufanda que le tapaba toa la cara, el pecho y los
tubillos.
L´abedul de mi duenda suegra a su
lao, con el traje de manola peineta incluida, que dende que mi tío duende
Manolo s´enmamoro d´ella vestía asín, en toas las grandes ocasiones se lo
capuza y el susodicho haciendo pose con un trabuco que se trajo de su viaje a
las Yeclas y un sombrero vaquero a lo Clin Isgus que el sabrá porque lo
llevaba.
La mama con un mandil d´esos que llevan las
tetas dibujas y hasta el chumino con pelambrera y el papa, ¡Ay mi papa! Eso era
pá verlo no pá contarlo. Cuando mi mama me dijo qu´estaba pitopausico y que le
hubía dao por ecuchar a la Camela no m´imaginaba yo esto. ¡El papa era un
cuadro astracto, no sabría por ande empezar! El pelo apermanentao a lo afro-disio,
que fue un tonteras al que le dijeron,
¡mete los deos al enchufe Afrodisio y
veras que bonico quedas! y asín se quedo, chumarrasqueao pero con un pelo
envidiable. ¡Ca! El rumboso del papa con la barba chivo y el bigotón como los
zagaluchos modelnos de ahora, gafas de sol de aviador, el traje de Elvis con un
gorrico de papa Noel en lo alto arriba el pelo y los zapatos de chúpame la
punta… eso era un poema.
Mire a mi duenda que m´estaba
ejando una manzanilla con cara de no saber si cantar la marimorena o una samba
carnavalesca y la pobretica se encogió de hombros. Salí de mi pasmo cuando al
papa le dio por espuntar.
-Tú, la querindonga de mi
cosuegro !chacha! que digo yo que estas mu pajiza que eso va a ser que no
cagas.
Mi mama vino con su mandil fasion
y le soltó un manotazo que se le cayeron las gafas de aviador encima de una
gamba cabezona, que paecia una guiri tomando el sol en los Benidores.
-¡Pos no ves que es china
capuchina so melón! Tu sí que ties que cagar a ver si se te pasa la tontasca.
¡Ay camelón! Que me ties aburría con la camela de los huevos, ¿qué te habrá dao
a ti pá ecuchar a la Camela? ¡Será que son bonicas las canciones! to el día con
el ensueño contigo en la boca, tanto ensoñar y ensoñar, que ande este el Nino
bravo y el Camilo sesto que se quiten toas las camelas d´en medio.
Mi sobrino el macarra que llevaba
un móvil virlao le dio por poner rumbas y al son de los Chunguitos se levanto
toa la mesa a bailar y a mí que la manzanilla ya m´estaba haciendo efecto me
dio por tirarme buenos y sonoros peancanos y entre risa y risa tos pasamos la
nochegüena mas güena de las que recuerdo.
Pero entoavia me pregunto si ¿Realmente era mi
familia, me la hubían cambiao o, era to un ensueño de los Serrano?