Que
ganicas tenia ya de que llegaran las dichosas vacaciones. Esa baca cargá hasta
los topes con las sillas de la playa, la mesa, la sombrilla, la nevera, quince
maletas abarrotas de cosas imprescendibles como la rebeca, manque vayas al
mismisimo Caribe, medio frigo tuyo y medio de la vecina. La duenda suegra con
la banasta oliendo a pescaó, porque ice que si lo ejaba sechaba a perder. Mi
duenda con la tortilla de patatas en el alda, mi cuñao el fastanma dandome
endicaciones tó el rato, porque lleva el gepese. Manolico Escobar haciendonos
compaña con su marecica Maria del Carmen, el zagal de mi cuñá duenda gomitando
tó el camino, tres alábegas y un geranio, la calor, el canario, las plumas del
canario, ¡su puta madre!.
El
atasco de las nueve de la mañana, el de las doce, paraica a comer y a mear.
Comemos, el cernacho mi sobrino duende cuatro chambis y una capacica, los demas
mirando, nos traen “la dolorosa” y a pagar el tuerto como tós los años.
Seguimos
pá lante, más gomitonas, más atascos y por fin a eso de las ocho de la tarde el
mar, el maravilloso mar que hace que tó se olvide. ¡Coñio! La duenda suegra se
nos ha olvidaó en la ultima galosinera. Coje el caracolico, da la vuelta,
atasco, más atasco, me pierdo porque el fastantico gepese de mi cuñao se jode a
mitá camino y maparezco en la carretera de Albacete.
A eso de las doce de la madrugá vemos pasar a
mi duenda suegra montá en un ciempíes flechao con unos gipis dandole al fumete,
les hacemos el alto, nos sacan el dedo y siguen, más pá lante han quemaó el
ciempíes y por fin paran. ¡La duenda suegra ya esta con nosotros y con tu
espiritu!. Seguimos con la peste a sardinas, la tortilla se ha revenio y hemos
perdio tres maletas por el camino, pero por fin volvemos a ver el mar.
Llegamos,
tres horas más páparcar el caracolico y la requetebonica setica con vistas al
mar en primera linea de playa, es un güiscano con mas humedad que el casero en
vez de pelos en el sobaco tie musgo. Descargo los bartulos, mi cuñao se pierde
entre las tapas del bar dabajo y a mi me toca comerme la tortilla revenia con
las sardinas prensas en el quicio la puerta. Con más hambre que el que se
perdio en una isla macuesto pensando en el canario y soñando con sus parientes
los pollos dando vueltas en el asadero.
Dun
bocinazo y los morros pringaos de taja melón me dispierta el zangamingo de mi
sobrino duende, con los ojos entaratañaos de lagañas me pego el cagachín de mi
larga vida, me repizco pero no estoy ensoñando. Mi duenda suegra se ha embutio
en un mikini cinco tallas mas pequeño y los mondongos se le esparraman por los
laos, me lleva las gafas de buceo, el sombrero cordobes de su viaje a Pamplona
(es que ahora venden de tó en tós los laos), los manguitos del Bob esponja y un
flotador echo con la rueda dun camión.
Viendo el panorama me dan ganas de no
levantarme,pero de la empresión me da un retortijón y correncia. Dimpues me
cargan con la sombrilla, las sillas, la mesa, lo que sobro de tortilla, la
nevera y el huevon desanchaó de mi cuñao con un marrocati y el taparrabos
floreao de ligón de playa marcando paquete.
.
Llegamos
a la playa, no tengo donde capuzar la sombrilla, no hemos madrugaó y solo queda
sitio haya lantota pegaó al descampao, entre la Sarita Montiel y pepito
piscinas, ni una sola jamona a la vista. Con tal panorama me voy pál agua,
llego con los pies más quemaos que la moto un gipi y me meto hasta los
pelendengues, ¡ojo!, una brujica alimana jaquetona, “vaya par de orejas que tie
aquí mi prima”, el avechucho de mi duenda suegra no me quita el ojo de encima,
paece que esta en lo jondo y yo desimulando como si no la conociera de ná e
intentando ligarme a la moza pechugona, me pego el capuzon por mi padre, por el
Pascualón, por el tio duende Manolo y por el tonto la nona que no puso el
puñetero letrerico pálvertir que no cubria. Tres dias con los cinco duros
pegaos en la frente pál chichon.
Y
lo peor es que me bebo medio Mediterraneo y parte del Atlantico, la alimana
tronpudica se las ha pirao y mi duenda suegra se ha ido pá lo jondo, se lan
desimflao los manguitos y se la pinchao la rueda del camión, lleva un teto al aire
y me se esta ahogando. ¡Yo no la conozco de ná, mia a ver si se la traga una ballena
y se monta la fiesta con su parienta! De bueno que soy parezco tonto, se me remuerde
la concencia y me tiro a salvarla. Tres horas más tarde y pringao hasta las
cencerretas de ova llego a la orilla, coñio paece que cuando te metes pá dentro
te muevan la playa. No hubiá otro pá hacerle el boca a boca, en fin, no como en
tres dias.
La
siesta es sagrá, dimpues de cuatro horicas nos vamos pá la feria. Mi duenda se
encapricha con una chochona. “Que rica la chochona, que guapa la chochona y su
novio el payaso pililón, chin pón”. Y al avión de mi duenda suegra le da por el
perrito piloto. “Y a por otro, a por otro, a por otro, perrito piloto, que
alegria, que alboroto, otro perrito piloto”. Y yo hasta los mismisimos de la
cancioncica. Pero por no oir al duo sacapuntas cualquier cosa.
La
escopeta la tienen trucá y se me va el tiro pá la izquierda, odo ni a cosica
echa, le pego en el culo a mi cuñao el fastanma que estaba mú feliz porque le
hubiá tocaó en “la lata” una batidora multimix. Veste corriendo pá urgencias,
ni el perrico, ni la chochona, el matasanos de guardia y mi cuñao que no
soltaba la multimix ni pá quejarse. Siete puntos de sotura más tarde y cuatro bocaós
a la enfermera nos vamos pá la setica, con la caeza como un bombo de oir los
quejios del tonto el haba.
Cenamos
tortilla, aun queda, mi cuñao el fastanma utiliza por fin la batidora multimix
y le hacen un pure de verduras, prefiero la tortilla revenia, a mi si no dice “muuuu”,
no me gusta. A eso de las doce me tumbo en la terracica a tomar el fresco, el
caeza buque de mi sobrino duende jugando con una pelotica me rompe el mando la
tele, mapaño un mando con el palo la escoba. A la una y media mi duenda suegra
se levanta con el camisón por los tubillos, blanco nuclear que paece un
visalmo y me vuelve a pegar el cagachín
del dia, me zampa un beso en tó los morros, tres dias más sin comer.
-Agradecia que esta contigo por haberla
salvao.
Me
dice mi duenda.
Yo marrepiento de haberlo echo y macuesto a dormir, porque mi duenda se ha quemao con
el sol, paece una gamba y no quiere ni jugar al teto, ni arepretujones, ni ná, de ná.
Ensueño
que estoy en la playa, hace un sol que “tetorras”, una brujica alimana mabanica,
una elfa negrica me da agualimón, dos hadas me dan masajes en los pezuños y
cuando una espetacular sirenica me va a dar un beso de tornillo, se ma parece
la foca de mi duenda suegra con la lengua como una vibora y las gafas de buceo.
Pesadilla, tres horas dispierto sudando como un borracho, oyendo los quejios de
mi cuñao, los ronquios de mi duenda suegra, el mosquito de turno y el vecino
dando martillazos, que no se que coñio haria el ejraciao a esas horas.
En fin, hemos liquidaó el primer dia de
vacaciones, quedan otros trenta, no se si podre con mis fuerzas o me tendran
que llevar en camilla pál pueblo. Si lo se me quedo veraneando en el charco el
zorro, con vistas al castillo, que lo han dejao mú majo, porque pá esto del
veraneo en familia hay que echarle huevos y los mios se han quedao congelaos
esta mañana en la playa.
EL DUENDE.