miércoles, 25 de julio de 2012

DIARIO DE UNAS JODIAS VACACIONES





Que ganicas tenia ya de que llegaran las dichosas vacaciones. Esa baca cargá hasta los topes con las sillas de la playa, la mesa, la sombrilla, la nevera, quince maletas abarrotas de cosas imprescendibles como la rebeca, manque vayas al mismisimo Caribe, medio frigo tuyo y medio de la vecina. La duenda suegra con la banasta oliendo a pescaó, porque ice que si lo ejaba sechaba a perder. Mi duenda con la tortilla de patatas en el alda, mi cuñao el fastanma dandome endicaciones tó el rato, porque lleva el gepese. Manolico Escobar haciendonos compaña con su marecica Maria del Carmen, el zagal de mi cuñá duenda gomitando tó el camino, tres alábegas y un geranio, la calor, el canario, las plumas del canario, ¡su puta madre!.


El atasco de las nueve de la mañana, el de las doce, paraica a comer y a mear. Comemos, el cernacho mi sobrino duende cuatro chambis y una capacica, los demas mirando, nos traen “la dolorosa” y a pagar el tuerto como tós los años.
Seguimos pá lante, más gomitonas, más atascos y por fin a eso de las ocho de la tarde el mar, el maravilloso mar que hace que tó se olvide. ¡Coñio! La duenda suegra se nos ha olvidaó en la ultima galosinera. Coje el caracolico, da la vuelta, atasco, más atasco, me pierdo porque el fastantico gepese de mi cuñao se jode a mitá camino y maparezco en la carretera de Albacete.



 A eso de las doce de la madrugá vemos pasar a mi duenda suegra montá en un ciempíes flechao con unos gipis dandole al fumete, les hacemos el alto, nos sacan el dedo y siguen, más pá lante han quemaó el ciempíes y por fin paran. ¡La duenda suegra ya esta con nosotros y con tu espiritu!. Seguimos con la peste a sardinas, la tortilla se ha revenio y hemos perdio tres maletas por el camino, pero por fin volvemos a ver el mar.

Llegamos, tres horas más páparcar el caracolico y la requetebonica setica con vistas al mar en primera linea de playa, es un güiscano con mas humedad que el casero en vez de pelos en el sobaco tie musgo. Descargo los bartulos, mi cuñao se pierde entre las tapas del bar dabajo y a mi me toca comerme la tortilla revenia con las sardinas prensas en el quicio la puerta. Con más hambre que el que se perdio en una isla macuesto pensando en el canario y soñando con sus parientes los pollos dando vueltas en el asadero.

Dun bocinazo y los morros pringaos de taja melón me dispierta el zangamingo de mi sobrino duende, con los ojos entaratañaos de lagañas me pego el cagachín de mi larga vida, me repizco pero no estoy ensoñando. Mi duenda suegra se ha embutio en un mikini cinco tallas mas pequeño y los mondongos se le esparraman por los laos, me lleva las gafas de buceo, el sombrero cordobes de su viaje a Pamplona (es que ahora venden de tó en tós los laos), los manguitos del Bob esponja y un flotador echo con la rueda dun camión.



 Viendo el panorama me dan ganas de no levantarme,pero de la empresión me da un retortijón y correncia. Dimpues me cargan con la sombrilla, las sillas, la mesa, lo que sobro de tortilla, la nevera y el huevon desanchaó de mi cuñao con un marrocati y el taparrabos floreao de ligón de playa marcando paquete.

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Llegamos a la playa, no tengo donde capuzar la sombrilla, no hemos madrugaó y solo queda sitio haya lantota pegaó al descampao, entre la Sarita Montiel y pepito piscinas, ni una sola jamona a la vista. Con tal panorama me voy pál agua, llego con los pies más quemaos que la moto un gipi y me meto hasta los pelendengues, ¡ojo!, una brujica alimana jaquetona, “vaya par de orejas que tie aquí mi prima”, el avechucho de mi duenda suegra no me quita el ojo de encima, paece que esta en lo jondo y yo desimulando como si no la conociera de ná e intentando ligarme a la moza pechugona, me pego el capuzon por mi padre, por el Pascualón, por el tio duende Manolo y por el tonto la nona que no puso el puñetero letrerico pálvertir que no cubria. Tres dias con los cinco duros pegaos en la frente pál chichon.


Y lo peor es que me bebo medio Mediterraneo y parte del Atlantico, la alimana tronpudica se las ha pirao y mi duenda suegra se ha ido pá lo jondo, se lan desimflao los manguitos y se la pinchao la rueda del camión, lleva un teto al aire y me se esta ahogando. ¡Yo no la conozco de ná, mia a ver si se la traga una ballena y se monta la fiesta con su parienta! De bueno que soy parezco tonto, se me remuerde la concencia y me tiro a salvarla. Tres horas más tarde y pringao hasta las cencerretas de ova llego a la orilla, coñio paece que cuando te metes pá dentro te muevan la playa. No hubiá otro pá hacerle el boca a boca, en fin, no como en tres dias.

La siesta es sagrá, dimpues de cuatro horicas nos vamos pá la feria. Mi duenda se encapricha con una chochona. “Que rica la chochona, que guapa la chochona y su novio el payaso pililón, chin pón”. Y al avión de mi duenda suegra le da por el perrito piloto. “Y a por otro, a por otro, a por otro, perrito piloto, que alegria, que alboroto, otro perrito piloto”. Y yo hasta los mismisimos de la cancioncica. Pero por no oir al duo sacapuntas cualquier cosa.



La escopeta la tienen trucá y se me va el tiro pá la izquierda, odo ni a cosica echa, le pego en el culo a mi cuñao el fastanma que estaba mú feliz porque le hubiá tocaó en “la lata” una batidora multimix. Veste corriendo pá urgencias, ni el perrico, ni la chochona, el matasanos de guardia y mi cuñao que no soltaba la multimix ni pá quejarse. Siete puntos de sotura más tarde y cuatro bocaós a la enfermera nos vamos pá la setica, con la caeza como un bombo de oir los quejios del tonto el haba.


Cenamos tortilla, aun queda, mi cuñao el fastanma utiliza por fin la batidora multimix y le hacen un pure de verduras, prefiero la tortilla revenia, a mi si no dice “muuuu”, no me gusta. A eso de las doce me tumbo en la terracica a tomar el fresco, el caeza buque de mi sobrino duende jugando con una pelotica me rompe el mando la tele, mapaño un mando con el palo la escoba. A la una y media mi duenda suegra se levanta con el camisón por los tubillos, blanco nuclear que paece un visalmo  y me vuelve a pegar el cagachín del dia, me zampa un beso en tó los morros, tres dias más sin comer.

 -Agradecia que esta contigo por haberla salvao.

Me dice mi duenda.


 Yo marrepiento de haberlo echo y macuesto  a dormir, porque mi duenda se ha quemao con el sol, paece una gamba y no quiere ni jugar al teto, ni  arepretujones, ni ná, de ná.

Ensueño que estoy en la playa, hace un sol que “tetorras”, una brujica alimana mabanica, una elfa negrica me da agualimón, dos hadas me dan masajes en los pezuños y cuando una espetacular sirenica me va a dar un beso de tornillo, se ma parece la foca de mi duenda suegra con la lengua como una vibora y las gafas de buceo. Pesadilla, tres horas dispierto sudando como un borracho, oyendo los quejios de mi cuñao, los ronquios de mi duenda suegra, el mosquito de turno y el vecino dando martillazos, que no se que coñio haria el ejraciao a esas horas.

 En fin, hemos liquidaó el primer dia de vacaciones, quedan otros trenta, no se si podre con mis fuerzas o me tendran que llevar en camilla pál pueblo. Si lo se me quedo veraneando en el charco el zorro, con vistas al castillo, que lo han dejao mú majo, porque pá esto del veraneo en familia hay que echarle huevos y los mios se han quedao congelaos esta mañana en la playa.


EL DUENDE.





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