miércoles, 4 de julio de 2012

A LA REBONICA DE MI DUENDA.






Mu abonico y ahora que no nos oye nadie te voy a decir tó lo que tú eres pá mí.

El día que te conocí me rompí la curcusilla
me esfarre dende un almendrero
me se esbarato la gobanilla.
Me dieron cuatro puntos en la ceja
cuatro más en la rabadilla
pero en el corazón, querida duenda,
cien mil puntos de alegría.

Pasaron los años y los siglos
y mia que soy fanfosquero
más necio que Fernandico
que mato el marrano a besos.
Pero tú estabas allí,
esperando siempre en nuestra setica,
a que yo llegara a casa
a darte un besico en la mejilla.

Munchas cosas han pasao
desde el día que te conocí
la duenda suegra, el Pascualón,
el tío Manolo y sus alimanas,
el fastanma mi cuñao,
el duende suegro con la cubana.
Munchas penurias, munchas alegrías,
pero junticos y bien apretaos,
calentando y dando vida a nuestras vidas.

Ahora que nadie nos oye
y que estoy de buenas maneras,
te quiero susurrar al oído
mu abonico y con dulzura
lo muncho que yo te quiero.

Porque tú eres mi vida,
mi calma, mi desahogo,
mi alegría y mi canción
mi sueño, mi aventura
y sin ti, querida duenda,
sentiría una pena mu grande,
en mi pequeño y frágil corazón.

Dedicado a tod@s y cada un@ de vusotr@s por seguir con ese entusiasmo mis aventuras y desventuras alla por donde voy. MIL GRACIAS DUENDEROS.

EL DUENDE




No hay comentarios:

Publicar un comentario